martes, 8 de noviembre de 2011

Simple life


Típico paisaje rural del condado de
Lancaster
Mi última excursión me llevó a visitar Lancaster. A una hora en coche de Philadelphia, en esta ciudad se encuentra una de las concentraciones hispanas más numerosas del estado de Pennsylvania, pero no fui allí por esa razón. El motivo de mi visita no era otro sino ver con mis propios ojos a una de las comunidades más peculiares del país: los Amish. Mi visita comenzó en el mercado central de Lancaster, un mercado de abastos donde muchos de los puestos eran regentados por Amish. Allí se pueden encontrar y comprar algunas de los productos que allí se cultivan, mereció realmente la pena.
  La siguiente parada, y continuando con una de las aficiones recien descubiertas, la fábrica de cerveza de Lancaster, la Lancaster Brewery Company, incluyendo una degustación de 12 variedades diferentes de cerveza, me quedo con la Strawberry Wheat... deliciosa. Es súper curioso como en cada uno de los pueblos de este Estado fabrican su propia cerveza. No se trata de grandes fábricas que vendan al por mayor, y es eso lo que las hace que tengan ese encanto especial.
No se caracterizaba por su velocidad... a ninguno nos importaba
Para rematar el día viaje al pasado, exactamente 100 años atrás. Un paseo en tren por la zona para poder contemplar el paisaje y relajarte con la nostalgia de otros tiempos. La Strasburg Rail Road conserva todo el espíritu de los antiguos ferrocarriles. Sólo te lleva unos 45 minutos el trayecto, porque realmente no vas a ninguna parte. La gracia es que vas montado en un antiguo tren de vapor, uno de los pocos que quedan en activo, con toda la parafernalia de la época y la decoración original del tren. Una de las cosas más divertidas era que en su interior iban unos pasajeros muy peculiares, se trataba de actores que iban vestidos adecuadamente para ambientar el viaje: militares, policias, espías, enfermeras... e incluso representaban una pequeña obra de espías y agentes de policia.
Amazing Maize Maze

El maíz estaba en las últimas
 Una de las sorpresas del día fue que durante el corto trayecto llegamos a una especie de parque temático familiar ambientado en la vida en el campo, la vida sencilla del campo. En cuanto vi el gigantesco laberinto de maíz tuve que parar. No me podía ir de allí sin entrar. Casualidades de la vida este era el último día que estaba en marcha, ya que el maíz estaba en la últimas e iban a segarlo. Era gigantesco. En la entrada había un cartel con los records del laberinto, persona en recorrerlo más rápido, más lento, visitante de más lejos (que era de Sidney)... y el record negativo, o sea en más tiempo, era de ¡9 horas!
En este país están locos con las calabazas
Lanzamiento de calabazas.
Diversión sin sentido
Veréis que no hay ninguna foto de los Amish, no me parecía bien tomarles una foto como si fuesen monumentos o paisajes, pero los vi. Cumplí el principal propósito de mi viaje y es más, me quedé con las ganas de volver otra vez. Me gustó ese estilo de vida tan sencillo. Simple life.

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