viernes, 30 de marzo de 2012

Adiós USA. Hola Escocia.

 

-“Un año se pasa en un suspiro”- Eso me decían allá por Septiembre cuando el inicio de mi aventura como Backpacker en IKEA estaba a la vuelta de la esquina. ¡Y vaya si está siendo así!

De momento los primeros seis meses ya han expirado y toca cambio de destino. Mucha gente me ha preguntado cuál es mi valoración de mi estancia en los EEUU, qué es lo que más me ha gustado y si me quedaría a vivir aquí. Todavía es muy pronto para hacer un examen en profundidad, me gustaría poder digerir con calma este semestre y ver las cosas desde cierta distancia. Necesito un poco de tiempo.

Por delante una semana para coger impulso en España y una nueva aventura que comienza. Para los que lo desconozcáis mi siguiente destino será la ciudad de Glasgow, Escocia. Mi proyecto lo desarrollaré en el Human Resources Service Center de IKEA UK e Irlanda, esto quiere decir que no estaré en una tienda como lo he venido haciendo hasta ahora, sino en las oficinas centrales de Recursos Humanos para el Reino Unido e Irlanda. Una experiencia novedosa que me atrae muchísimo. Aparte de nueva organización, ciudad y país será un campo en el que no he tenido la oportunidad de trabajar hasta el momento.

Todavía no he decidido si Un Azarbeño en Philadelphia continuará su periplo o desaparecerá. No sé si simplemente le cambiaré el nombre y continuaré escribiendo. Es una decisión que aun no he tomado. Pero está clara una cosa, mientras tenga algo que compartir con el mundo seguiré escribiendo.

¡Hasta pronto!

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lunes, 26 de marzo de 2012

Mi último día en Nueva York… ¡de momento!

 

Parece que fue ayer cuando fui por primera vez a la Gran Manzana allá por el mes de Diciembre. Ya llevaba más de dos meses en este país y todavía no había pisado el bacheado asfalto de Nueva York (los que habéis estado aquí sabéis de qué os hablo), estaba reservándome para descubrir junto a mi hermana esa gran ciudad.

Trece. Trece han sido las veces que la he visitado en estos últimos 4 meses, y creo que me parecen pocas. Cuantos más días paso allí más me gusta. Porque una vez superado el tramo de las visitas obligadas y de rigor (Estatua de la Libertad, Times Square, Puente de Brooklyn, Wall Street, Zona Cero, Central Park, Empire State, Rockefeller Center…) empiezas a descubrir la verdadera Nueva York y lo que le da ese encanto especial que no tiene otra ciudad en el mundo: los barrios.

En cada visita he podido picotear un poco de aquí y de allí. Chelsea y su mercado (genial para buscar cosas rarísimas de segunda mano), el SoHo y sus exclusivas tiendas, Meatpacking District uno de los barrios más de moda con uno de los rincones más encantadores de la ciudad: el parque Highline, Greenwich Village con una de las mejores selecciones de bares y restaurantes para salir (¡y la casa de la serie Friends! en el cruce de la calle Bedford con Grover), Chinatown plagado de tiendecillas con falsificaciones baratas y restaurantes chinos, pero escondido entre esa marabunta oriental un oasis de tranquilidad: Apotheke.

Es tan variada la oferta que se necesitarían varias vidas para explorar todos los rincones de esta ciudad. Por eso me marcho con un sabor agridulce de aquí, cuando empiezas a disfrutar realmente de todo lo que este lugar te ofrece te tienes que marchar... ¡ya sabía que esto me iba a pasar! Pero me llevo conmigo todos los recuerdos y momentos compartidos que he pasado aquí con amigos.

 

 

Así me obligo a mi mismo a volver algún día, eso sí, esquivando los típicos lugares turísticos y yendo directamente al meollo del asunto.