El pasado miércoles fui por primera vez, desde que estoy aquí, al cine. Hizo el típico día de lluvia, plomazo y gris. Uno de esos días en los que te apetece estar en casa tapado con una manta, un buen montón de palomitas y una buena película. Como todavía no hace tanto frío como para ponerse una manta por encima y la tele americana deja mucho que desear, pero eso ya lo contaré otro día, me decidí a probar suerte en el cine.
Si tengo que hacer una valoración en general de lo que fue la experiencia le tendría que dar un suspenso. La película estuvo bien, pero lo que es el cine en sí dejaba mucho que desear.
Para empezar, las entradas carísimas: 11 dólares el pase de adulto, unos 8 euros, y esto es lo mínimo que te puede llegar a costar porque las películas en 3D cuestan 15 dólares, unos 11€. No te digo nada de palomitas, refrescos, etc. eso si, las dosis a tamaño hiper-gigante, como todo en este país.
Pero lo peor, sin lugar a dudas, las butacas. ¡Incomodísimas! A mitad de la película mi trasero se empezaba a resentir, nada que ver con los cómodos asientos de El Tiro. Y lo de los reposacabezas en los asientos, aquí no se lleva. No penséis que estaba en un cine de mala muerte, que era súper nuevo y de la cadena de cines United Artists.
En fin, como he dicho antes la película estuvo bien. Se trataba de Moneyball protagonizada por Brad Pitt y Jonah Hill. Esta cinta no se estrenará en España hasta comienzos del próximo Febrero. En EE.UU. ha levantado gran expectación y la crítica la considera candidata a varios Oscars. Película muy del gusto americano que cuenta la historia real del director general de un equipo de béisbol, que con uno de los presupuestos más pequeños del país tiene que luchar por hacer un equipo competitivo capaz de enfrentarse a los mejores. El guionista es el mismo que La Red Social, y se nota. Me gustó, cierto que algunas palabras y expresiones del argot del mundo del béisbol se me escapaban a mis conocimientos del inglés pero, en general, la historia es muy entretenida y las 2 horas de película no se te hacen excesivas, pese a que los asientos sean una herramienta de tortura medieval. Muy recomendable.
Si tengo que hacer una valoración en general de lo que fue la experiencia le tendría que dar un suspenso. La película estuvo bien, pero lo que es el cine en sí dejaba mucho que desear.
Para empezar, las entradas carísimas: 11 dólares el pase de adulto, unos 8 euros, y esto es lo mínimo que te puede llegar a costar porque las películas en 3D cuestan 15 dólares, unos 11€. No te digo nada de palomitas, refrescos, etc. eso si, las dosis a tamaño hiper-gigante, como todo en este país.
Pero lo peor, sin lugar a dudas, las butacas. ¡Incomodísimas! A mitad de la película mi trasero se empezaba a resentir, nada que ver con los cómodos asientos de El Tiro. Y lo de los reposacabezas en los asientos, aquí no se lleva. No penséis que estaba en un cine de mala muerte, que era súper nuevo y de la cadena de cines United Artists.
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| Cartel de la película Moneyball |
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